¡Buenos días mundófilos!
Hoy os traigo la reseña de un libro archiconocido como es el diario de Ana Frank, y sí, lo sé, algunos os preguntaréis que cómo es posible que aún no lo hubiese leído, y lleváis toda la razón del mundo, porque hasta yo misma me he hecho esa pregunta, pero después de haberlo leído, me he dado cuenta, de que para mí ha sido el momento perfecto, porque quizá en otro punto de mi vida no lo habría llegado a terminar, ya que seguramente no le hubiese dado la importancia que realmente tiene, pero a día de hoy estoy hipersensibilizada con el pueblo judío, así que ha sido “el momento”.
Sinopsis:
Tras la invasión de Holanda, los Frank, comerciantes judíos alemanes emigrados a Amsterdam en 1933, se ocultaron de la Gestapo en una buhardilla anexa al edificio donde el padre de Ana tenía sus oficinas. Eran ocho personas y permanecieron recluidas desde junio de 1942 hasta agosto de 1944, fecha en que fueron detenidos y enviados a campos de concentración. En ese lugar y en las más precarias condiciones, Ana, a la sazón una niña de trece años, escribió su estremecedor Diario: un testimonio único en su género sobre el horror y la barbarie nazi, y sobre los sentimientos y experiencias de la propia Ana y sus acompañantes. Ana murió en el campo de Bergen-Belsen en marzo de 1945. Su Diario nunca morirá.
FICHA TÉCNICA
Título Original: Het Achterhuis (La casa de
atrás o las habitaciones de atrás).
Título
en español: El diario de Ana
Frank
Autora: Annelies Marie Frank Hollander
Libros: Autoconclusivo
Nº páginas: 193
ISBN: 9788483467237
Seguramente esta va a ser una de las reseñas más
difíciles para mí, porque no estamos hablando de una novela, si no de un
diario, aquí no se trata de si un personaje está bien o mal construido, si la
trama es buena, la pluma del autor, etc. Esta obra es la vida de una chica de
13 años, por lo que no hay que olvidar que son sus vivencias, sus emociones, y
que a pesar de la edad, nada de lo que escribe es una realidad distorsionada,
todo lo contrario, es la realidad de lo que tuvieron que pasar, tanto ella como
miles de judíos.
El diario empieza tan solo unos días antes de que
las tropas nazis invadan Holanda, por lo que nos deja ver un poquito de cómo
era su vida antes de tener que estar escondidos, y cómo llegan a ese punto.
Ana nos describe el lugar en el que aunque ellos
no lo saben van a pasar años encerrados, también nos cuenta algo sobre las
personas que van a vivir con ellos.
Al principio, es todo mucho más llevadero, aunque
podemos apreciar ligeramente una crisis existencial en Ana, cosa que me parece
muy lógica, ya que la edad que tenia es una etapa complicada, pero
sinceramente, pienso que ya no solo por las circunstancias que tiene que vivir,
pero es una chica muy madura para su edad, seguramente más que muchos adultos
de hoy en día.
Si uno se vuelve hacia lo que es bello –la
naturaleza, el sol, la libertad, lo hermoso que hay en nosotros-, nos sentimos
enriquecidos. Al no perder esto de vista, encontramos nuevamente a Dios, a
nosotros mismos, y recuperamos nuestro equilibrio.
El que es feliz, hace felices a los demás. Quien
no pierde el valor ni la confianza, jamás perecerá por la miseria.
Conforme va pasando el tiempo, todo se complica,
y aunque están encerrados, todo lo que pasa fuera también les repercute en su
ánimo, sin mencionar que estar encerrado durante tanto tiempo tiene que volver
loco a cualquiera, y aunque todos sin excepción tienen sus momentos de
“rabietas”, podemos ver en Ana unas reflexiones muy impropias de su edad,
porque como ya he comentado antes, a mi parecer era una chica excesivamente madura.
Gracias a este diario podemos ver como Ana va
creciendo en todos los sentidos, es una chica muy inteligente, y el estar
encerrada no merma sus ganas de seguir aprendiendo, por lo que continúa con sus
estudios. También nos muestra cómo va enamorándose poco a poco de Peter, cosa
totalmente lógica, porque es normal buscar algún apoyo externo a tu familia.
Mirando afuera, es decir, la profundidad de Dios
y la naturaleza, me sentía dichosa, más que dichosa. Y Peter, mientras tenga
esa dicha, goce de salud, de la naturaleza, y de muchas cosas más, mientras
tenga eso, siempre podrá encontrar la felicidad.
La riqueza y la fama son perecederos, pero la
dicha interior solo puede, cuanto mas, ensombrecerse, pero siempre volverá
mientras vivas. En tanto, sin temor alces los ojos al cielo, mientras estes
seguro de ser puro, volverás a ser feliz, suceda lo que suceda.
Sin duda alguna Ana tiene una forma de ver la
vida muy distinta al resto de la casa, cosa que me ha parecido todo un ejemplo a
seguir tanto para el presente como para el futuro, esta claro que Ana tenía
muchas cosas que enseñarnos, mucho que decir y poco tiempo para hacerlo, pero
afortunadamente nos dejó un gran legado con este diario, como era de esperar recomiendo
totalmente su lectura.
Puntuación: 5/5